Hace un par de días me hice eco de la noticia de las advertencias de Paco Vázquez sobre el riesgo de manipulación del voto por correo…, no tardaron algunos hooligans en echárseme encima, alguno me afeó mi post por ser abogado, lo cual hasta puso en duda.
Precisamente porque soy abogado me siento en la obligación, pues el derecho a expresarme lo tengo, de discrepar respecto de nuestro sistema electoral y de garantías.
Bien. Debieran saber que en fechas muy recientes se detuvieron intentos bastante graves en el mismo sentido, con detenidos. Ha sido muy notorio.
Les aconsejo que relean el post y hagan el esfuerzo de imaginar que si en vez de tener el control de Congreso el PSOE, Podemos, ERC, Bildu y demás, fueran PP y Vox con mayoría absoluta, y que tuvieran el control de la Junta Electoral Central, la cual es la garante de que los procesos electorales respeten la reglas democráticas. Creo que también habría mucha gente preocupada.
El Derecho va mucho más allá de las propias leyes, y si no me creen piensen que cuando la aplicación de la ley se produce una injusticia. Me viene a la cabeza la ocupación ilegal de la vivienda de una anciana y que la ley protege a los okupas, cualquier ciudadano exclama: ¡No hay Derecho!… pero es la legalidad.
Cuando hablo de independencia judicial no estoy hablando de quién controla el CGPJ, me importa un bledo que eventualmente sean los rojos, los azules, los verdes o los morados, sino que lo que es realmente peligroso y anómalo en una democracia avanzada es la propia injerencia del poder político en el judicial, y a mayor gravedad tratándose de una partitocracia.
Porque al otro lado estamos los ciudadanos, totalmente indefensos, como súbditos de un Leviatán que nos devora y cercena nuestras libertades.
Esos ciudadanos que nuestra libertad democrática se reduce a votar a una lista con los nombres de unas personas que no conocemos, y que harán con el poder que les damos lo que les venga en gana.
