Dinámica de salida del pequeño arrendador en el mercado inmobiliario español: rentabilidad, inseguridad jurídica y transición estructural

por Abel Marín
mercado inmobiliario español

El presente ensayo analiza la hipótesis de una corrección estructural y progresiva en el mercado inmobiliario español, en paralelo con una transformación silenciosa del mercado laboral impulsada por la inteligencia artificial.

Se argumenta que, a diferencia de crisis anteriores marcadas por eventos abruptos, la actual deriva obedece a factores de rentabilidad, cambio tecnológico y progresiva erosión de los fundamentos económicos e institucionales. La confluencia de estos factores podría desembocar en un estancamiento económico persistente.

En el imaginario colectivo del mercando inmobiliario español: crisis = estallido

En el imaginario colectivo español, una crisis económica está inevitablemente ligada a un estallido: caída abrupta del PIB, paro disparado, quiebras bancarias o rescates públicos. Pero la próxima gran corrección podría no anunciarse con estrépito. Podría ser, en cambio, silenciosa, gradual, y por eso mismo, más profunda y estructural.

El primer vector: el mercado inmobiliario español

Hoy en día, muchos inversores están obteniendo rentabilidades brutas por alquiler del 6% al 8%, cifras que en apariencia desafían cualquier idea de burbuja. Sin embargo, la rentabilidad histórica neta de la vivienda en alquiler en España se ha situado tradicionalmente entre el 3% y el 4,5% (Banco de España, 2023), lo que sugiere que los niveles actuales están inflados por circunstancias transitorias como la escasez de oferta o la presión especulativa.

Cuando se compara con el coste de oportunidad de otros activos o con su media histórica, emerge una tensión clara: el precio de la vivienda se ha desvinculado de los fundamentos de rentabilidad sostenible. La rentabilidad neta, descontados impuestos, gastos de comunidad, mantenimiento y posibles impagos, empieza a resentirse, especialmente en un contexto de tipos de interés altos.

Alquiler: flexibilidad frente al colapso hipotecario

A diferencia de una crisis hipotecaria, donde el impago de préstamos provoca quiebras bancarias en cascada, el mercado del alquiler es más flexible. La relación entre arrendador e inquilino permite adaptaciones directas: renegociaciones, rebajas temporales, moratorias pactadas.

Esto evita un colapso abrupto, pero al mismo tiempo prolonga una erosión lenta del valor del activo y de su rentabilidad real. Además, la presión fiscal creciente y el agotamiento del ciclo turístico en algunas zonas aceleran la salida de pequeños inversores.

Hacer caja: la decisión racional del propietario

Es posible que, ante este escenario, muchos arrendadores particulares opten por “hacer caja”: vender sus activos para reinvertir en productos financieros o activos con mejor perfil de rentabilidad-riesgo.

El arrendamiento, aunque tangible y tradicionalmente percibido como seguro, no está exento de riesgos, como los impagos, el deterioro de la propiedad o la incertidumbre regulatoria.

La inseguridad jurídica: ocupación, impago y desprotección

A esto se suma la creciente sensación de impunidad derivada de una legislación que, en la práctica, dificulta la recuperación efectiva de la vivienda ante situaciones de ocupación ilegal.

  • Según el Consejo General del Poder Judicial (2022), el promedio de duración de los procedimientos de desahucio por impago o precario supera los 8 meses.
  • Además, el marco de protección por vulnerabilidad —que de facto se aplica al 90% de los inquilinos en situación de impago (CAFBL, 2023)— ha generado una percepción de desprotección legal entre los pequeños propietarios.

En este contexto, la salida del mercado por parte de arrendadores no solo es muy posible, sino que aparece como una respuesta racional y legalmente amparada.


🤖 El segundo vector: la IA y el empleo silencioso

Mientras Estados Unidos y Asia están ya en plena transición hacia modelos productivos donde la IA sustituye tareas cognitivas rutinarias, España aún vive en una aparente tregua. El empleo no cae, pero se transforma silenciosamente.

Puestos que antes ofrecían estabilidad y cualificación media están siendo reemplazados por procesos automáticos. El subempleo, la rotación y la precariedad aumentan sin necesidad de que suba la tasa de paro.

La estadística queda muda ante el deterioro cualitativo del mercado laboral.

Estudios recientes (OECD, 2023) estiman que entre el 20% y el 30% de los empleos actuales en España están en riesgo de automatización total o parcial en la próxima década.

Dos crisis conectadas: vivienda y trabajo

Ambas transformaciones se retroalimentan:

  • Menor renta disponible
  • Más riesgo de impagos
  • Menor demanda solvente para alquiler o compra

La vivienda deja de ser refugio y la tecnología deja de ser promesa de empleo. El resultado es un país que no explota, pero que se desgasta lentamente: el consumo se frena, la inversión se aplaza, y la desigualdad se cronifica.

Riesgos externos: petróleo, inflación, tipos y turismo en peligro

A todo lo anterior deben sumarse riesgos geopolíticos y macroeconómicos que pueden actuar como detonantes inmediatos de la corrección inmobiliaria.

El conflicto entre Irán e Israel aumenta el riesgo de disrupción del suministro global de petróleo, especialmente en rutas clave como el Estrecho de Ormuz o el Mar Rojo. Una subida del precio del crudo por encima de 120 USD/barril podría provocar una inflación energética importada, lo que forzaría al Banco Central Europeo a mantener o subir los tipos de interés, encareciendo la financiación inmobiliaria y reduciendo el consumo privado.

El impacto se extendería al sector turístico, ya que el encarecimiento del transporte aéreo y la incertidumbre global pueden reducir el flujo de turistas europeos. Esto afectaría de forma directa a la demanda de arrendamiento vacacional y a la valoración de la vivienda turística.

En una economía donde el turismo representa el 13% del PIB español, estos choques podrían ser el catalizador externo que acelere una corrección ya latente.

Conclusión: el riesgo no es el colapso, sino la inercia

Esta corrección silenciosa puede ser más peligrosa que una crisis convencional precisamente porque no genera titulares ni decisiones políticas urgentes. Nadie rescata lo que no parece roto.

Pero las señales están ahí:
rentabilidades que no se sostienen,
empleo que no se transforma con dignidad,
productividad que no crece,
y una economía que se mantiene por inercia más que por visión.

Referencias (APA)

  • Banco de España. (2023). Boletín Económico: Evolución reciente del mercado inmobiliario. https://www.bde.es
  • Col·legi d’Administradors de Finques de Barcelona-Lleida. (2023). Informe sobre el impacto de la ocupación y la vulnerabilidad en el mercado de alquiler.
  • Consejo General del Poder Judicial. (2022). Estadística judicial: procedimientos de desahucio en España. https://www.poderjudicial.es
  • OECD. (2023). The impact of AI and automation on labour markets in Europe. https://www.oecd.org

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