Apagón, cortina de humo: el Estado sigue mandando en Redeia

por Abel Marín
red electrica

El apagón eléctrico que paralizó media España ha dejado al descubierto algo más grave que la propia falta de energía: la falta de verdad.

Pedro Sánchez, en su ya habitual estilo de trilero de mercado, sale a escena para señalar «a los operadores privados» como culpables. Como si la tragedia la hubieran provocado unas compañías avariciosas y no su propia incompetencia. Como si no supiera él perfectamente quién manda en el sistema.

La realidad es otra: el responsable de la red de transporte de electricidad es Redeia, la antigua Red Eléctrica de España. ¿Y quién controla Redeia? Pues el mismísimo Estado, a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), con un flamante 20% del capital.

Red Eléctrica fue fundada en 1985 en aplicación de la ley 49/1984, de 26 de diciembre. Fue la primera empresa en el mundo dedicada en exclusividad al transporte y operación del sistema eléctrico. Posteriormente adaptada a la Directiva Europea 2003/54/CE, varios años después en la ley 17/2007.

«Ah, pero solo tienen un 20%», dirá el incauto. Error: en una empresa cotizada, tener un 20% equivale a mandar. El siguiente accionista suele tener como mucho un 3% o un 5%. Los demás son pequeños inversores dispersos que no pintan absolutamente nada. No deciden. No votan bloqueados. Ni oponen resistencia.

La SEPI nombra presidentes, aprueba sueldos millonarios y define estrategias. Así llegamos al esperpento actual: al frente de Redeia tenemos a Beatriz Corredor, exministra de Vivienda del PSOE, sin formación técnica alguna en energía, cobrando más de medio millón de euros al año.

Además, recordemos, que más de la mitad de la factura que pagamos son impuestos y tasas.

No es casualidad. Es sistema.

La partitocracia española -ese régimen de mediocres que se reparten el Estado como un botín– ha convertido las grandes empresas estratégicas en agencias de colocación para expolíticos incapaces de ganarse la vida fuera del pesebre.

Y luego, cuando la red falla, cuando los hospitales se apagan, cuando los semáforos colapsan… nos venden el cuento de «los operadores privados».

Privatizan las culpas. Nacionalizan los sueldos.

Este sapo nos lo hemos tragado sin poder reaccionar...

 «TRAGANDO SAPOS»

¡Basta ya de tragar sapos! El apagón no es solo el eléctrico. Es el apagón moral de un país secuestrado por una clase política inepta y corrupta.

No te dejes engañar. Exige responsabilidades a quienes de verdad mandan.

You may also like

Deja un Comentario

* Utilizando este formulario, aceptas que se queden guardados tus datos en esta web.