La IA está redefiniendo la economía global. Impacto de la inteligencia artificial en la economía global ¿Eres de los que se adaptan o de los que niegan la realidad?
Nos vendieron un cuento. Ahora, la realidad nos da un portazo en la cara.
Durante años nos han repetido la misma historia: que la globalización traería bienestar, que la tecnología reduciría la desigualdad, que estábamos avanzando hacia un mundo más justo y equitativo. Pero la realidad ha tomado otro camino.
La deslocalización de la producción industrial buscando el bajo coste, y el dumping social, exportó nuestro know-how, nuestra tecnología a algunos países del «Tercer Mundo», hoy son los líderes del Mundo, pero nuestro ombliguismo y soberbia no nos permites reconocerlo. Nos duele. Y mas nos dolerá.
La inteligencia artificial, la automatización y la biotecnología están creando una brecha insalvable entre los que tienen acceso a estas herramientas y los que no.
- Las potencias tecnológicas avanzan a un ritmo vertiginoso mientras la burocracia europea y la incompetencia de muchos gobiernos los deja en la obsolescencia.
- Los países pobres siguen atrapados en economías arcaicas, sin infraestructuras, sin educación de calidad y sin inversión en innovación.
- La IA no necesita mano de obra barata. Si antes un país como Bangladesh tenía ventaja competitiva por producir textiles a bajo costo, pronto la ropa se imprimirá en 3D en fábricas automatizadas en Europa y EE.UU.
No se trata de si esto es «justo» o «injusto». Se trata de que está ocurriendo y la mayoría prefiere mirar hacia otro lado.
La distopía no es el futuro. El Impacto de la inteligencia artificial en la economía global es el presente
Si la tendencia se mantiene, el mundo quedará dividido en tres grandes bloques:
- Los hiperprivilegiados: Un reducido grupo con acceso a IA avanzada, biotecnología, longevidad extendida y calidad de vida impensable hoy, el gran hermano de Orwell
- Las clases medias en decadencia: Países que intentan seguir el ritmo, pero que cada vez se ven más precarizados, sobrecargados fiscalmente y sin oportunidades reales de crecimiento. Para completar el plan conviene hacernos creer que somos clase media, cuando en realidad somos pobres de solemnidad.
- Los «perdidos del sistema»: Millones de personas en países sin acceso a la tecnología ni a la economía global, condenados a una Edad Media tecnológica donde la riqueza ya no se mide en oro, sino en acceso a datos y automatización.
Esto no es una profecía, es una tendencia evidente. El problema es que muchos siguen negándolo porque aceptar la realidad significa tener que hacer algo al respecto.
Y lo que agrava el riesgo es la velocidad, su aceleración exponencial. Antes estábamos acostumbrados a que la tecnología, aunque producía grandes desequilibrios, transferencia de poder de producción, tardaba siglos, o décadas. Ahora será un quinquenio, luego un años, y después no somos capaces ni de imaginarlo.
La pregunta es: ¿te estás preparando o te estás engañando?
Este sapo si me lo tragaré (ver).
«Tragando sapos»
