Sospecho que la gran mayoría social no sepa ni quiera dedicar algunas horas de su tiempo, a veces valioso, las más veces ocioso, en interesarse en la historia y sobre el porqué de los constantes conflictos en Oriente Próximo, éstos días entre Israel y Palestina.
La gente con algunos retales de la Historia real, pero mucho más bíblica, se hace un traje mental y con ello pertrecha su postura a favor o en contra de Israel y Palestina, entre judíos y árabes musulmanes.
La visión historicista no es suficiente
Para una comprensión más objetiva deberíamos buscar además de las razones históricas, las culturales, sociales y religiosas de la demografía de Oriente Próximo, en un 95% musulmana (Chií y Suní mayormente), pero si atendemos a una visión de Derecho Internacional Público, tan sólo debemos remontarnos al colapso del Imperio Otomano.
Colapso del Imperio Otomano y formación de los actuales Estados de Oriente Próximo
Tras ello, la región de Oriente Próximo experimentó una serie de consecuencias en términos de organización territorial y el surgimiento de nuevos estados.
El Imperio Otomano, de similar naturaleza que el Imperio Romano, Mongol o Persa, ejerció su poder político de forma multicultural, étnica y religiosa, pero que era eminentemente de mayoría musulmana.
No sólo el Estado de Israel nació tras la II Guerra Mundial, sino todo el resto de países de la zona, tales como Iraq, Arabia Saudí, Siria,…, salvo los Kurdos que aún persiguen su reconocimiento.
Los españoles, al igual que otras sociedades en las que el Estado actual coincide más o menos con las estructuras políticas anteriores, tendemos a creer que es igual en todo el planeta, y es justamente lo contrario. El cambio es una constante.
Estas consecuencias marcaron un período de reorganización territorial y el nacimiento de nuevos estados en Oriente Próximo después del colapso del Imperio Otomano, y contribuyeron a la configuración geopolítica y los desafíos que enfrenta la región en la actualidad.
Durante cuatro siglos todo era Imperio Otomano, y de aquellos polvos, éstos lodos.
Un extracto de los hechos relevantes
Estos son algunos de los principales hitos que muy, pero que muy resumidamente, nos ayudarán a entender:
1. Desmembramiento del Imperio Otomano.
Después de la Primera Guerra Mundial, el Imperio Otomano fue desmembrado y sometido a tratados internacionales que redistribuyeron sus territorios.
Esto llevó a la creación de nuevos estados y a la pérdida de influencia otomana en la región.
2. El tratado de Sèvres (1920).
Este tratado dividió gran parte de los territorios del Imperio Otomano en mandatos y áreas de influencia controladas por potencias extranjeras, como Gran Bretaña y Francia.
Esto dio lugar a la creación de mandatos en Palestina, Mesopotamia (Irak), y Siria.
3. Tratado de Lausana (1923).
Este tratado puso fin a la guerra greco-turca y reconoció la independencia de Turquía bajo el liderazgo de Mustafa Kemal Atatürk.
Esto marcó el nacimiento de la República de Turquía y estableció las fronteras modernas del país.
Recordemos los conflictos no resueltos de Chipre (yacente) y Kurdistán (candente).
4. Mandato Británico de Palestina.
Tras la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña asumió el control del territorio que hoy conocemos como Israel, Palestina y Jordania bajo un mandato de la Liga de Naciones.
Esto sentó las bases para los conflictos posteriores en la región.
5. Mandato Francés en Siria y Líbano:
Francia asumió el control de lo que hoy son Siria y Líbano bajo un mandato de la Liga de Naciones.
Estos territorios eventualmente obtuvieron su independencia en la década de 1940.
6. Emergencia de nuevos estados:
Con el debilitamiento del Imperio Otomano, varios grupos étnicos y religiosos buscaron la independencia y la autodeterminación. Surgieron nuevos estados como Irak, Jordania, Líbano, Siria y Arabia Saudita, cada uno con su propia identidad y fronteras.
7. Conflicto israelo-palestino:
El establecimiento del Mandato Británico de Palestina y la posterior creación del Estado de Israel en 1948 generaron tensiones y conflictos persistentes en la región, que continúan hasta el día de hoy.
Dentro de ese marco global, nació junto al resto de Estados, Israel. Compartiendo territorio y rodeado de millones de arabes, mayormente musulmanes.
El meollo del asunto es un tabú.
Pero, todo eso, tal y como señalaba al principio de este artículo, son argumentos historicistas, que no son un factor sino un resultado que se utiliza de forma interesada a lo largo de la Historia por las élites para justificar los intereses del presente de cada momento, a veces cargada de odio y de maldad.
El conflicto real, en mi opinión, es la difícil convivencia entre culturas donde el factor religioso es sin duda el más relevante. Todos lo vemos pero nadie lo admite de forma honesta, la cosmovisión de la cultura bajo la influencia musulmana es difícil y en determinados lugares, incompatible con otras culturas, la convivencia es harto difícil, lo estamos viendo a lo largo de la Historia y del presente, también enla civilizada Europa socialdemócrata, y así seguimos…