Maquiavelo no justificaría esto (2)

por Abel Marín
Maquiavelo

A Maquiavelo se le cita mucho y se le entiende poco. Especialmente desde Washington.

“El fin justifica los medios”, dicen. Pero no. Lo que Maquiavelo escribió —y pensó— fue mucho más sutil: que el poder necesita ser eficaz, pero también inteligente. Que un príncipe debe ser temido, sí… pero nunca odiado. Porque el odio descontrolado acaba tumbando hasta al trono más blindado.

¿Y qué hace Estados Unidos hoy? Bombardea sin construir. Amenaza sin estrategia. Interviene sin proyecto. Actúa más como un matón inseguro que como un príncipe lúcido. Y eso no es maquiavélico. Es pánico con bandera.

Maquiavelo entendía el poder como una obra de ingeniería: saber cuándo golpear, cuándo retroceder, cuándo negociar. No se trata de moral —eso ya lo sabíamos—, pero tampoco de improvisar violencia como si no hubiese consecuencias.

El verdadero maquiavelismo está en el control, no en el estallido. En la astucia, no en la arrogancia. El Príncipe no debe ser justo, pero sí eficaz. Y eso es justo lo que está perdiendo EE. UU.: eficacia. Cada operación militar que no resuelve nada, cada declaración altiva que no cambia el curso de los hechos, es un síntoma de que ya no manda: grita.

Y Maquiavelo, que escribió desde la decadencia de Florencia, lo sabía bien: cuando el poder necesita demostrar que lo tiene, es porque ya no lo tiene del todo.

El problema de quienes gobiernan el mundo es que citan a Maquiavelo como si fuera un manual de cinismo, cuando en realidad es un tratado de realismo lúcido. Y lo que más temía el florentino no era la debilidad… sino la estupidez.

A VECES NO PODEMOS EVITAR SEGUIR…

 «TRAGANDO SAPOS»

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