Un dato de un sistema tributario inmoral:
Si ganas un millón de euros en la lotería, pagas menos del 20% a Hacienda.
Si heredas ese mismo millón de tu hermano, puedes llegar a pagar hasta el 80% en alto patrimonios (el impuesto de la envidia) en algunas comunidades autónomas.
Bienvenido al sistema fiscal más disparatado e injusto de Europa.
Porque aquí no se premia el esfuerzo, ni el amor, ni los vínculos familiares. Se castiga. Se penaliza heredar de quien compartió contigo una vida. De un hermano, un tío, un amigo al que cuidaste hasta el final.
Para el Estado, no eres familia: eres una oportunidad recaudatoria.
Veamos el absurdo con cifras reales:
- Premio de lotería de 1.000.000 €: tributas al 20% por encima de los primeros 40.000 €. Resultado: pagas 192.000 €. Te quedan 808.000 €.
- Herencia de 1.000.000 € de un hermano, en una comunidad con fiscalidad alta (Asturias, Comunidad Valenciana, Cataluña):
- Tipo progresivo + coeficiente por parentesco «colateral»: puedes pagar fácilmente entre 400.000 y 600.000 €.
- Si tienes patrimonio previo o vives en la casa heredada: el golpe puede superar el 70%. En casos extremos, hasta el 80%.
Y si a esto le sumas que la herencia no está en dinero, sino en inmuebles sin liquidez inmediata, el drama se multiplica: el heredero se ve obligado a malvender deprisa para pagar Hacienda.
Y si encima Hacienda considera que el valor del inmueble es superior al real (algo muy frecuente), te obligan a tributar por un valor ficticio. La ruina legalizada.
Es decir:
la ley considera más aceptable que recibas un millón por suerte que por afecto. Más lógico que te lo regale un bombo que un hermano. Más justo el azar que la sangre.
Pero no es solo que la suerte tribute menos.
Es que el propio Estado fomenta ese modelo de vida: te empuja a comprar lotería, a esperar el milagro, a creer que puedes ser rico sin esfuerzo.
Y mientras tanto, penaliza a quien planifica, ahorra, cuida o construye un patrimonio con esfuerzo. Se premia la fantasía, se castiga la responsabilidad.
La lotería no es solo un juego: es un modelo de conducta institucionalizado. Una pedagogía del «todo sin esfuerzo», del «a mí que me toque».
Y el Estado es el primer promotor de esa ludopatía cultural.
Porque saca tajada de ella.
Un sistema tributario injusto e inmoral
Y no hablamos de millonarios. Hablamos de gente normal, que hereda un piso de 300.000 € y unos ahorros de toda una vida. Gente que tiene que vender, endeudarse o renunciar porque no puede pagar el impuesto más inmoral de España.
Algunos gobiernos autonómicos han empezado a corregir esta barbaridad (Madrid, Galicia, Andalucía), pero el modelo sigue siendo profundamente injusto. Porque parte de una premisa envenenada: que heredar es un privilegio, y que el Estado tiene más derecho a lo que dejó tu hermano que tú mismo.
Por eso, el consejo es claro: planificación fiscal y hereditaria siempre, y sobre todo en herncias de parientes colaterales (ver)
Porque lo que no se organiza en vida, puede convertirse en una pesadilla para los tuyos.
Y mientras tanto, el ganador de lotería brinda con champán. Y tú, con las cenizas de tu hermano y una factura que no puedes pagar.
A eso me dedico. Es mi especialidad. Soy abogado experto en Derecho de Sucesiones y Derecho Civil, y socio cofundador de Marín y Mateo Abogados (ver nuestro YouTube), un equipo de 15 cracks que cada día resolvemos casos como este y muchas otras cuentiones con criterio, agilidad y humanidad.
