En 1988, el Acta Fundacional de Hamás decía esto sobre las mujeres.
Puedes leerlo con tus propios ojos en este enlace (pincha) , traducción literal:
Artículo Diecisiete: Las mujeres musulmanas tienen un papel no menor que el de los hombres en la guerra de liberación; Fabrican hombres y juegan un gran papel en guiar y educar a la [nueva] generación…
Y continúa:
Artículo dieciocho: Las mujeres de la casa y de la familia de los combatientes de la Jihad, ya sean madres o hermanas, cumplen el deber más importante de cuidar el hogar y criar a los hijos sobre los conceptos y valores morales que se derivan del Islam; y de educar a sus hijos para que observen los mandatos religiosos en preparación para el deber de la Jihad que les espera.
Por lo tanto, debemos prestar atención a las escuelas y planes de estudio en los que se educa a las niñas musulmanas, para convertirlas en madres justas y conscientes de sus deberes en la guerra de liberación…
Bien, pues de aquellos polvos estos lodos. Han sido aplicados, eso es lo que han estado haciendo desde entonces: engendrar hijos para la Jihad, la Guerra Santa.
La tasa de nacimientos en la Franja de Gaza es de 31,4 nacimientos por cada mil personas, colocando a esta región palestina en el puesto 34 a nivel mundial. Las mujeres gazatíes tienen una media de 4,13 hijos por cada madre, de las más altas de mundo.
En Gaza no han estado dedicándose a la ciencia e investigación, ni a la cultura, ni a la industria, no, nada de eso.
Han estado viviendo de la ayuda internacional (a la sopa boba) usando el victimismo para conseguir fondos que gestionan una camarilla de radicales que engendra odio y engendra vientres de mujeres que han sido niñas criadas y educadas para eso.
Tratar así a las mujeres es «cool», mejor disimularlo.
Como para los buenistas occidentales era muy poco «cool» la función de la mujer, Hamás rehizo en 2017 sus Estatutos, algo más políticamente correctos, y venga, más ayudas… de nuestros bolsillos, no lo olviden, que el dinero no cae del cielo, o sí, con la ayuda de Alá.
Eso es lo que defienden los que se manifiestan contra Israel por el conflicto en Gaza, que no saben ni quieren saber la verdad del presente ni son capaces de dedicar unos minutos a estudiar la historia (ver), que por cierto allí no hubo ningún Estado hasta terminar la II Guerra Mundial, y precisamente los que se opusieron a la creación de un Estado Palestino fueron su vecinos musulmanes, y también Estados recién creados como Siria, Jordania y Egipto, los cuales, qué curioso no les abren sus puertas, ni siquiera estos días. ¿Por qué será?
Gaza (Hamás) versus Cisjordania (Al Fatah)
Hamás tenía una alternativa política, era Al Fatah, pues bien, en Gaza los pasaron a cuchillo entre 2006 y 2007, y a partir de ahí el control dictatorial fue total, disidencia cero. Partido único. En realidad no se siguen matando entre ellos, porque unos están en Gaza y otros en Cisjordania, pero nada, unos angelitos.
Por cierto, a la comunidad LGTBI, como podréis imaginar no la tienen muy en cuenta en ese soñado Califato Islámico, porque recuerden, para ellos la mujer tiene la misión de traer guerreros para la Jihad, no para ondear la bandera del arcoiris. No parece que los homosexuales encajen muy bien en sus esquemas.
